sábado, 23 de enero de 2010

Descartes: Contexto histórico, cultural e influencias


El contexto histórico-filosófico .

1.1 Datos Biográficos.


Descartes nace el 31 de Marzo de 1596 en la pequeña ciudad de La Haya en la Turena (Francia). Su madre muere un año después. Su padre, consejero del Rey en el Parlamento de la Bretaña, le envía en 1604 al colegio de La Flèche, dirigido por los jesuitas. Allí permanece durante ocho o nueve años, destacándose en matemáticas y latín. La educación en la Flèche le proporcionó, durante los cinco primeros años, una sólida introducción a la cultura clásica, habiendo aprendido latín y griego en la lectura de autores como Cicerón, Horacio y Virgilio, por un lado, y Homero, Píndaro y Platón, por el otro. El resto de la enseñanza estaba basada principalmente en textos filosóficos de Aristóteles (Organon, Metafísica, Ética a Nicómaco), acompañados por comentarios de jesuitas (Suárez, Fonseca, Toledo, quizá Vitoria). El plan de estudios incluía también una introducción a las matemáticas (Clavius), tanto puras como aplicadas: astronomía, música, arquitectura En 1616 obtiene la licenciatura en derecho en Poitiers. Dos años más tarde se alista en Holanda en el ejército del príncipe Mauricio de Nassau, que dirige la rebelión contra las tropas españolas. Con el comienzo de la guerra de los Treinta Años en 1619, se alista en las tropas católicas del duque de Baviera, que combaten contra el rey de Bohemia. En 1621 abandona el ejército y durante unos cuatro años se dedica a viajar por Polonia, Holanda, Italia y Francia.

Según cuentan, tenía la costumbre de meditar en la cama, levantándose sólo para escribir y acostándose de nuevo. Así logra progresar en sus investigaciones de matemática y dióptrica. A esta época pertenece su obra inacabada “Reglas para la dirección del espíritu”. Según reconoce él en sus escritos, la vida social parisina le agobia con excesivas distracciones y por ello en 1628 decide retirarse a Holanda, donde permanece hasta 1649.

Allí continúa con sus investigaciones en mecánica y fisiología e inventa la geometría analítica (Geometría se publicará en 1637). En 1633, a raíz de la condena de Galileo por el Santo Oficio, suspende por precaución la publicación de su obra Tratado del mundo. En 1637 publica, en francés, como prefacio a su Dióptrica, el Discurso del método para conducir la razón y buscar la verdad en las ciencias. Este pequeño tratado, conocido como Discurso del Método, se convertirá en su obra más célebre.

En 1640 termina de redactar sus Meditationes de prima philosophia (Meditaciones Metafísicas, traducidas al francés en 1647). La importancia de esta obra queda patente en la afirmación del propio Descartes de que las Meditaciones contienen la base sobre la que reposa todo el edificio científico. En 1647 publica los Principios de Filosofía, y en 1649 el Tratado de las pasiones.

Mientras tanto, Holanda ha dejado de ser su refugio ideal. El senado de Utrech condena al cartesiano Regius y, en consecuencia, la filosofía cartesiana. La Universidad de Leyde acusa a Descartes de blasfemo. Por estas razones, Descartes acepta la invitación de la reina Cristina de Suecia, que deseaba ser instruída en su filosofía. En octubre de 1649 llega a Estocolmo, pero pronto el frío invierno y la intempestiva hora de las clases debilitan su salud (Descartes tenía que acudir a las cinco de la mañana a la biblioteca de la reina; además estaba acostumbrado a pasar mucho tiempo en la cama entregado a sus reflexiones). Un ataque de fiebre acaba con su vida el 11 de febrero de 1650.

1.2 El Contexto Cultural

Es ya tópica la afirmación de que el pensamiento cartesiano es el pórtico de la “filosofía moderna”. Descartes inaugura la actitud filosófica que, en su raíz recibe el nombre de Idealismo. Desde entonces el idealismo domina sobre todo el pensamiento moderno. El impulso y la dirección dados por Descartes a la filosofía llenan tres siglos de pensar humano.

Pero la afirmación de que Descartes inaugura consigo la Filosofía Moderna lleva consigo también, la de que Descartes que acaba1, aunque no totalmente, claro está, con la filosofía anterior, entiéndase, con la escolástica.

Descartes rompe con el aristotelismo y con el escolasticismo; su filosofía no se basa en demostrar verdades, sino en descubrirlas. Lo que significa un cambio de mentalidad, un cambio de mentalidad, por cierto, necesario. La historia de la Filosofía es una continuidad real de las superaciones históricas necesarias.

Entre Descartes y la escolástica hay un hecho cultural de importancia indudable: el Renacimiento. Este hecho es lo que explica el cambio de mentalidad. La Edad Media no ha sido como muchos creen, una época bárbara y oscura. En el juicio vulgar sobre ese periodo hay un error de perspectiva, o mejor dicho, un error de visión, que proviene de la gran fogata del Renacimiento, que ciega y deslumbra impidiendo ver bien lo que queda allende la llamarada. El Renacimiento es una época de grandes novedades que van a provocar la crisis del Barroco El Barroco culturalmente se define como la época en que las convicciones vitales de los siglos anteriores se resquebrajan, cesan de regir, dejan de ser creídas. El quebramiento de la unidad religiosa por las reformas luterana, calvinista y anglicana, el descubrimiento del nuevo continente y su influencia en la concepción de la Tierra, la nueva concepción del sistema solar, la admiración por el arte, la vida y la filosofía de los antiguos. Los intentos reiterados de desenvolver una sensibilidad nueva en la producción artística, poética, científica, son otros tantos síntomas inequívocos de la gran crisis por la que atraviesa la cultura europea. El Renacimiento se presenta, pues, primero como un acto de negación; es la ruptura con el pasado, es la crítica implacable de las creencias sobre las que la humanidad venía viviendo.

Pero esa negación borró de un plumazo las sólidas creencias arraigadas en la mentalidad humana de la época. Sólo provocó una enorme crisis, una desorientación que hace que Descartes rompa literalmente con el pasado.

Mas el hombre no puede vivir sin filosofía; porque cuando le falta una convicción básica en que apoyar las plantas, se siente perdido y como náufrago en el mar de la incertidumbre. Por eso la necesidad del método, de un modo de conocer que nos asegure la verdad del conocimiento. Y por eso Descartes se hace presente y necesario en esta época.

1.3 El Contexto filosófico.

Dentro del contexto filosófico cartesiano tiene que aparecer ineludiblemente la escolástica. Decimos ineludiblemente por la sencilla razón que algo que se pretende negar o superar ejerce una influencia en el pensamiento que surge como renovador. Así pues entre las influencias filosóficas que afectan a la filosofía de Descarte habrá que contar con el pensamiento escolástico aunque sea por oposición.

Sin embargo las grande influencias de esta época vienen del ámbito científico en 1618 conoce y traba amistad con Isaac Beeckman, un investigador y matemático holandés, a partir de ese momento Descartes se interesa por la investigación científica, que une la matemática y la física.
Por la correspondencia de Beeckman se sabe que Descartes por esta época buscaba ya, un «arte general para resolver todas las dificultades».

1.4 Principales influencias recibidas por Descartes.

Las influencias recibidas en el pensamiento de Descartes provienen de diferentes campos.

La primera es la que recibe en su periodo de formación, de los ocho a los dieciséis años, en el colegio de los jesuitas de La Fléche. Allí, además de realizar los estudios literarios habituales de la época, se formó en la escolástica aristotélica. El método de esta filosofía le inculcó rigor conceptual, disciplina y precisión del pensamiento.

El conocimiento de las concepciones filosóficas más importantes y la lectura de los libros antiguos; el intento de encontrar un riguroso y seguro punto de partida para la filosofía y la ciencia que fundamente sus indagaciones y verdades sobre una sólida base; la influencia aristotélica en la noción de sustancia y en su concepción del yo como sustancia o cosa que piensa, fueron influencias que recibió en su periodo de formación en La Fléche.

La influencia de San Agustín es importante en temas concretos y en el espíritu general de su pensamiento:

• La duda escéptica como instrumento para cuestionar todas las cosas y las verdades que tienen su fundamento en el conocimiento sensible.

• La vuelta a la interioridad de la conciencia, del yo, como camino más seguro para encontrar la verdad: «No vayas fuera, vuelve a ti mismo. En el hombre interior habita la verdad».

• La evidencia de la existencia del yo en la misma vivencia de la duda o del error.

• La doctrina de la inmaterialidad del alma y el espiritualismo.

La otra gran influencia que recibe Descartes es la del pensamiento científico de su tiempo. Ya en su periodo de formación en La Fleche leía libros de física y matemáticas, ciencias por las que se sentía especialmente inclinado.
El ejército de Mauricio de Nassau, en el que se alistó en 1618, contaba con un buen equipo de matemáticos e ingenieros con los que se relacionó, en especial con uno de ellos, Isaac Beckmann, con el que sostuvo un extensa relación científica. Conoce bien la obra de Bruno, con el que coincide en algún aspecto, la de Kepler, aunque no acepta sus leyes, y la de Galileo, con el que coincide en la aplicación de la matemática a la física, pero discrepa en su falta de unos principios universales y un marco general en el que se encuadren las investigaciones particulares.