sábado, 31 de octubre de 2009

La Idea del Bien y su analogía con el Sol

En la revista de filosofía A Parte Rei podemos encontrar un árticulo en que el autor comenta algunos aspectos de la Idea del Bien en Platón. En un apartado trata expresamente de la analogía de ésta con el Sol y he seleccionado algunos párrafos que resultan claves:

En la República, Platón no hace un estudio sistemático y detallado de la Idea del Bien sino que prefiere abordar la cuestión de una manera indirecta, es decir, comparándola con algo a lo que puede parecerse mucho. Diremos entonces que la va a explicar por analogía con el Sol y que por ello podemos considerar que las funciones del Bien en el mundo inteligible respecto del alma y las ideas, es similar al comportamiento del Sol respecto de la percepción visible y los objetos.

Platón presenta nos describe dicha analogía resaltando en ella dos dimensiones: «la epistemológica y la ontológica. Epistemológicamente, igual que el órgano de la visión necesita que la luz que emana del Sol irradie los objetos mundo visible para ser percibidos, el alma necesita una cierta luz emanada del Bien para aprehender o concebir los objetos del mundo inteligible».

En cuanto al ámbito ontológico, «la analogía presenta comparativamente los efectos o manifestaciones causales del Sol y el Bien. Como el sol “engendra”, así también el Bien es fuente de generación. Y de la misma forma que lo engendrado ha de guardar una cierta semejanza con lo que engendra, así el mundo sensible ha de asemejarse a la estructura del “logos” del que participa. Así, nos dice, mientras que el Sol proporciona a los objetos del mundo sensible el hecho de poder ser percibidos, su generación o aparecer a la existencia espaciotemporal concreta y su crecimiento […], el Bien proporciona a las ideas el hecho de ser inteligibles (o aprehensibles por el alma), el ser o existencia y su esencia».

El Sol es el punto central y más elevado del mundo sensible, así como el Bien es el punto central y más elevado del mundo de las ideas. Por eso, el Bien es aquello que hace verdaderos (es decir, reales desde un punto de vista ontológico) a los objetos del conocimiento, a los que proporciona tanto la esencia como la existencia.

Diremos entonces que el Bien es el fundamento de las Ideas y del conocimiento que podemos tener acerca de éstas. Por muy hermoso que puedan ser el conocimiento y la verdad, debemos pensar al Bien como otra cosa distinta y más bella. «Así como el Sol es lo que dirige y posibilita el dinamismo de esa realidad de abajo (el cambio, la vida, el devenir) y, en consecuencia da el ser a lo espaciotemporalmente concreto siendo, con todo, algo que supera en dignidad y poder todo lo que deviene, Platón presenta al Bien como fuente y dueño de las cosas de arriba, productor y dueño del modelo eterno. Siendo esto así, es decir, aceptando que el Bien no es esencia, sólo impropiamente podemos considerarlo como una idea. Es “idea” en la medida en que forma parte de esa otra realidad inmutable y eterna, siendo la fuente de la misma. No es “eidos” en la medida en que su naturaleza no es esencial».

«La idea del Bien en la República», Salvador Sánchez Saura, A Parte Rei, revista de filosofía, nº 12.
http://serbal.pntic.mec.es/~cmunoz11/salvador.pdf

Glosario de términos onto-epistémicos

Analogía, análogo. Es una relación de semejanza entre cosas. Se establece un razonamiento con atribuciones semejantes. La Idea de Bien tiene la expresión platónica del sol. El sol es a lo sensible como la Idea de Bien a lo inteligible.

Artesano. Es el Demiurgo platónico, un dios supremo o hacedor que no crea el mundo de la nada, sino que lo fabrica atendiendo a una Idea, actúa sobre la materia que él no ha hecho.

Bien. En mayúscula es la Idea de Bien. En minúscula se refiere a las acciones de los seres sensibles buenos, tiene un sentido moral.
Ciencia. (Episteme). Es el conocimiento verdadero universal y necesario. Es el auténtico saber, el conocimiento racional del mundo ideal o inteligible.

Cognoscible. Platón lo aplica a los seres inteligibles, de los que se puede tener ciencia, frente a los sensibles de los que se puede tener opinión.

Conjetura. Juicio que se forma de una cosa por indicios y observaciones.

Creencia. (pistis) Es tener por cierto algo que el entendimiento no puede probar. En Platón es la forma superior de la opinión (doxa). No es conocimiento, puesto que su material son las percepciones sensibles.

Dialéctica. Camino de ascenso hacia la verdad o proceso racional (discurso) que permite elevarse progresivamente hacia el conocimiento de las ideas superiores. La dialéctica. Este método, en cierta medida de herencia socrática, facilita el recto mirar en dirección a la Idea para alcanzar la verdad: la contemplación de la forma pura de cada cosa, de la cual obtienen su realidad y sentido cada una de las cosas en general.

Educación. Es el paso de la ignorancia al conocimiento (estudio supremo). En el Estado platónico tiene una gran importancia, puesto que siguiendo la máxima socrática , “la virtud es conocimiento”(intelectualismo moral), la educación mejorará notablemente a los ciudadanos, mediante un proceso de instrucción que tiene dos niveles. Primario, todos los ciudadanos se educan mediante la gimnasia y la música. Un segundo nivel, reservado a los futuros gobernantes, estudiando matemáticas y dialéctica.

En sí. Ser en sí es un rasgo que se opone a ser en otro. Los seres inteligibles son los seres “en sí” porque son todo lo que lo que su ser les permite ser. No tienen limitaciones, como los seres “en otro” que son materiales y mutables. Se aplica a la belleza “en sí”, la justicia “en sí”, la verdad “en sí”,etc, que tienen rango de Ideas.

Esencia. Es aquello que hace que una cosa sea lo que es.. Una manera de ser constante y permanente. La esencia de una cosa es lo que una cosa es a pesar de los cambios de estado o apariencia.
Estudio supremo. Es el conocimiento más elevado que el alma puede acceder. El objeto es la Idea de Bien. Representa la última etapa de estudio de los gobernantes.
Idea. Deriva de la palabra indoeuropea veidos que significa “ver con los ojos de la mente”. En platón su significado tiene matices deferentes, aunque emparentados con esencia, universal, realidad ideal arquetipo o causa. Son entidades inmateriales, absolutas, inmutables perfectas e independientes del mundo físico. Son más que conceptos o representaciones mentales.

Idea de Bien. Es la Idea cúspide y objeto de estudio supremo. Es a lo que debe tender todo lo que hay en el mundo sensible. Es un principio de superación plenitud o perfección. Es la causa de la existencia de las ideas y su verdad.

Ignorancia. En el mito de la caverna, es la situación en la que se encuentran los prisioneros antes del proceso educativo. Su conocimiento del mundo es erróneo, porque los seres que conocen son sólo sombras. Están en el ámbito de la opinión.

Imágenes. (Eikasía) Son los seres que forman el nivel inferior de la opinión. Son las sombras, los reflejos en el agua. Se forman conjeturas sobre ellos.

Inteligir. Es la actividad propia de la inteligencia. Es “ver con los ojos de la mente”, es conocer los modelos , las formas, las esencias lo que tienen en común todos los objetos del mismo tipo, es captar o conocer su Idea.
Lo que es. Rasgo de los seres inteligibles. Se aplica a las Ideas. Estas “Son” tienen Ser distinto de los seres que devienen, (devenir) “que pueden llegar a ser”. Los seres que “devienen “ Son los seres sensibles, temporales. Por contrapartida están los seres “que son” (lo que es), son seres fuere del espacio y tiempo.

Luz.. Se refiere a la luz del fuego. Sol luna astros. Representa las distintas fuentes del ser. Cuanta más “claros” más cercanos están a las ideas superiores.Es el efecto de los más elevados a los menos.

Opinión. (Doxa) Es un conocimiento parcial no-verdadero, insuficiente, incompleto, mudable, corruptible, por remitirnos aún a lo sensible y no haber obtenido la esencia de su verdad del mundo inteligible, absoluto, inmutable, perfecto, el mundo de las formas o ideas. Se basa en la experiencia o sensibilidad. No es auténtico conocimiento, sino creencia.

Pensamiento discursivo. Es la actividad propia del alma por el que se conocen los objetos matemáticos. La palabra discursivo alude al carácter de proceso en el que se van deduciendo consecuencias desde unos principios.

Placer. Satisfacción, sensación agradable producida por la realización de los que nos gusta. Es lo que experimenta el alma concupiscible cuando obtiene el objeto de deseado. Según Platón el placer puede ser una consecuencia del bien que debe perseguir el hombre, pero nunca el bien mismo.

Por sí. Los seres “por sí” son los seres inteligibles. Esta expresión se opone a “lo que es por otro”; las Ideas existen por sí mismas, tienen entidad propia. La causa de su existencia no está en otro lugar. Los seres sensibles existen gracias a la participación en las Ideas, es decir existen “por otros” seres. Por sí solos no son nada.

Principio. Fundamento, origen, razón y causa explicativa de aquello de los es principio .En matemáticas son los supuestos desde donde arrancan las demostraciones. En Dialéctica son también la conclusión a la que el razonamiento llega la Idea superior. Explica la existencia de las Ideas.

Principio de todo. La Idea de Bien. Es el principio de todo porque es la causa de todos los seres y, por ello, los explica a todos. Es el “principio incondicionado”.
Problema del conocimiento. El problema del Conocimiento como un ascenso progresivo del alma, desde las realidades inferiores sensibles hasta la realidad única superior e inteligible, que es el momento en que llegamos a la cima de la comprensión de la cosa, convirtiéndose esta en "idea" o "eidos", este es el prototipo sin tiempo de toda la realidad existente y de la cual emana toda la verdad y conocimiento para el hombre. Obviamente en este proceso diferenciamos la doxa (opinión), de la episteme (ciencia).

Razón. Se refiere a la capacidad del alma para conocer mediante dos facultades, la inteligencia y la razón como pensamiento discursivo.

Real. Tiene dos sentidos. Se aplica a los seres inteligibles, porque son los verdaderos “los que son” frente a los sensibles que devienen (llegan a ser), cambian. En segundo lugar se utiliza real para relacionar seres imaginados (por los prisioneros) con los seres ontológicamente más reales según el orden sombras-objetos físicos-objetos matemáticos Ideas.
Sabiduría. Una de las tres virtudes necesarias para conseguir la justicia ética y políticamente. Es propia del alma racional.

Seres inteligibles. Son los seres verdaderos, inmutables, necesarios y universales. Generan conocimiento verdadero o ciencia (episteme). Son los objetos matemáticos y las Ideas. Son los que únicamente se les puede llamar “seres”, ya que son “en si” y existen “por sí”. No dependen del mundo físico ni de los sujetos que los piensan. Constituyen uno de los dos ámbitos del ser. Es superior al sensible. Es el mundo inteligible.

Seres sensibles. Son seres materiales, individuales, múltiples, contingentes y cambiantes, que nacen y perecen (corruptibles) Son seres que devienen, luego no son los verdaderos seres. Son las imágenes sombras. y los seres físicos, de los que tenemos opinión (doxa). Es inferior al inteligible.

Sol. Representa la Idea de Bien. Mediante el sol se explica el proceso de conocimiento y los grados de realidad. SÍMIL DEL SOL-BIEN.Este símil, nos hace referencia a lo que nosotros llamamos o conocemos como la "Teoría de las Ideas" en Platón, de la cual ya hablamos someramente en párrafos anteriores. Esta teoría nos indica varias formas de ver el mundo en Platón, en el cual las ideas son entes reales que nos acompañan en todo momento, y las cuales comparten la universalidad y la unicidad al mismo tiempo.

Sombras. En el mito de la caverna Pueden ser las sombras de los objetos de la caverna o de los prisioneros de la caverna, que representan a las imágenes, o las sombras de los seres naturales del exterior que representan a los seres inteligibles. En el símil de la línea sombra se refiere directamente a los seres sensibles que se clasifican dentro de las imágenes.

lunes, 26 de octubre de 2009

Materiales para elaborar el contexto sociocultural y filosófico de Platón

Pincha aquí para consultar estos interesantes materiales de la web Akademos


Podreis encontrar los siguientes apartados:
- La educación en Grecia.
- Sofística y retórica.
- El arte griego.
- La religión griega.

Platón y su teoría del conocimiento

La epistemología platónica está directamente relacionada con la metafísica. Ahora que ya sabemos cuál es la verdadera realidad (el mundo de las Ideas) tendremos que cuestionarnos cómo nos es posible acceder a esta. Platón desarrolla a lo largo de sus diálogos tres tesis distintas sobre el conocimiento humano.

La reminiscencia: conocer es recordar

Este principio es planteado por Platón para resolver un problema que ya formularan en su día los sofistas: ¿Cómo es posible el conocimiento humano, si éste consiste en ir en busca de lo que no se conoce? Lo que se cuestiona aquí, dicho en otras palabras, es cómo es posible encontrar la verdad si no se sabe cuál es la verdad. Para resolver esta aporía, Platón recurre a la tesis de la reminiscencia: en realidad, el ser humano no conoce las cosas, sino que las reconoce. Para Platón, el alma existe antes de encarnarse en un cuerpo, y conocía ya todas las Ideas (no olvidemos que el alma humana, como veremos más adelante es afín a las ideas). Lo que ocurre es que al nacer olvida todo lo que sabe, y necesita que el conocimiento sensible sirva como provocación a ese conocimiento perdido. Es este uno de los pocos momentos en los que la sensación recibe una valoración positiva: sirve como ocasión para desencadenar todo un proceso imparable de conocimiento que nos llevará de nuevo hasta las Ideas. Esta teoría la expone Platón de un modo mitológico en el Fedro:

“Todo lo que tiene alma tiene a su cargo lo inanimado, y recorre el cielo entero, tomando unas veces una forma y otras otra. Si es perfecta y alada, surca las alturas, y gobierna todo el cosmos. Pero la que ha perdido sus alas va a la deriva, hasta que se agarra a algo sólido, donde se asienta y se hace con cuerpo terrestre que parece moverse a sí mismo en virtud de la fuerza de aquélla. Este compuesto, cristalización de alma y cuerpo, se llama ser vivo, y recibe el nombre de mortal.”

A continuación, describe Platón el lugar donde moran los dioses, caracterizado por la belleza, la bondad y la sabiduría, parándose a especificar algunos detalles de esta vida divina. Un poco más adelante, continua de la siguiente manera:

“Tal es, pues, la vida de los dioses. De las otras almas, la que mejor ha seguido al dios y más se le parece, levanta la cabeza del auriga hacia el lugar exterior, siguiendo, en su giro, el movimiento celeste, pero, soliviantada por los caballos, apenas sí alcanza a ver los seres. Hay alguna que, a ratos se alza, a ratos se hunde y, forzada por los caballos, ve unas cosas sí y otras no. Las hay que, deseosas todas de las alturas, siguen adelante, pero no lo consiguen y acaban sumergiéndose en ese movimiento que las arrastra, pateándose y amontonándose, al intentar ser una más que otras. Confusiones, pues, y porfías y supremas fatigas donde, por torpeza de los aurigas, se quedan muchas renqueantes, y a otras muchas se les parten muchas alas. Todas, en fin, después de tantas penas, tienen que irse sin haber podido alcanzar la visión del ser; y, una vez que se han ido, les queda sólo la opinión por alimento. […] Cualquier alma que, en el séquito de lo divino, haya vislumbrado algo de lo verdadero, estará indemne hasta el próximo giro y, siempre que haga lo mismo, estará libre de daño. Pero cuando, por no haber podido seguirlo, no lo ha visto, y por cualquier azaroso suceso se va gravitando llena de olvido y dejadez, debido a este lastre, pierde las alas y cae a tierra. […] Conviene que, en efecto, el hombre se dé cuenta de lo que le dicen las ideas, yendo de muchas sensaciones a aquello que se concentra en el pensamiento. Esto es, por cierto, la reminiscencia de lo que vio en otro tiempo, nuestra alma, cuando iba de camino con la divinidad, mirando desde lo alto a lo que ahora decimos que es, y alzando la cabeza a lo que es en realidad.” (Fedro, fragmentos escogidos entre 246b-249c)

Esta teoría, que aparece mitológicamente expresada en el Fedro, encuentra una contrapartida práctica y un desarrollo conceptual en el Menón, diálogo en el que Platón nos relata la escena del esclavo. En este diálogo, Sócrates le pide a Menón que traiga un esclavo, para demostrar cómo es posible que éste recuerde, a través de sencillas preguntas, conocimientos matemáticos que no ha podido aprender a lo largo de su vida. Sócrates tan sólo pone una condición, al preguntar a Menón sobre el esclavo: “¿Es griego y habla griego?”. Con esta sencilla condición, Sócrates logra que el esclavo demuestre de un modo geométrico, a partir de ingeniosas preguntas, el teorema de Pitágoras. En una tesis aparentemente sencilla, como la de la reminiscencia, no sólo aparecen las ideas innatas, sino también una honda teoría del lenguaje sobre la que Platón habla en otros diálogos.

La dialéctica como modo de conocimiento

En los diálogos de madurez van desapareciendo las referencias a la reminiscencia, para dejar paso a un concepto que irá tomando cada vez más peso: la dialéctica. Esta palabra tiene en Platón dos sentidos:

Entendida como método: en los diálogos iniciales consiste en el juego de preguntas y respuestas que pone en práctica Sócrates con el fin de llegar a la verdad. El fin último de la dialéctica sería lograr la definición de las cosas, o solucionar las cuestiones que se debaten en los diálogos.

Entendida como ciencia (como saber): sería el más alto grado de conocimiento y consistiría en la contemplación intelectual de las Ideas. Aquel que logre conocer de un modo dialéctico es capaz de mirar con su razón, con su inteligencia, directamente a las Ideas, y por ello, será el considerado “sabio”.

Platón expone las diferentes formas de conocimiento en un pasaje de la República, conocido como el “símil de la línea”. Este fragmento es particularmente importante: en él no sólo aparecen todos los grados de conocimiento, sino que también se explica la relación existente entre la metafísica (el ser, la realidad, duplicación de los mundos) y la teoría del conocimiento. Platón distingue las siguientes clases de conocimiento:

Opinión (doxa): es el conocimiento sensible, cuyo objeto son las cosas materiales. Ésta a su vez se subdivide en otros dos tipos de conocimiento: la imaginación y la creencia. La imaginación (eikasía) es el conocimiento de imágenes, y es el conocimiento más imperfecto. Por encima de este (pero aún dentro de la opinión) estaría la creencia (pístis), que sería el conocimiento de objetos. El mundo de la opinión es el propio de los sofistas: éstos tendrían razón al decir que no existen verdades absolutas si la única realidad existente fuera aquella a la que podemos acceder a través de la opinión. Sin embargo, como sabemos, Platón afirma la existencia de otra clase de realidad y por tanto de un tipo de conocimiento superior.

Ciencia (episteme): es el conocimiento inteligible, cuyo objeto son las Ideas, el ser eterno e inmutable. La ciencia también se divide en otras dos formas de conocimiento: la inteligencia discursiva (dianoia) y el pensamiento (noesis). La inteligencia discursiva es el pensamiento propio de las matemáticas. Se trata, efectivamente de un conocimiento superior a la opinión (es más abstracto), pero requiere aún de una apoyatura sensible, sea una figura geométrica o las líneas de una demostración. La inteligencia discursiva es la que “discurre” de una premisa a otra, la que razona con figuras. La matemática (y todo el razonamiento lógico) necesitan apoyarse en presupuestos previos, por eso aplican un conocimiento discursivo descendente (de los presupuestos a “lo deducido”). Sin embargo, el pensamiento (como resultado último de la dialéctica) prescinde de cualquier apoyatura sensible, de cualquier referencia a algo material. Su conocimiento es discursivo, sí, pero ascendente: se parte de la contemplación directa de una Idea, y a partir de ésta se va descubriendo las relaciones que hay entre las distintas Ideas (la symploké de la que hablábamos antes). El dialéctico no recurre de ningún modo a imágenes o cualquier otro material sensible. Además, la dialéctica incluye un segundo momento (particularmente importante en su aplicación práctica) que es el descenso desde la Idea Suprema al resto de Ideas, logrando así una visión conjunta de las todas las Ideas y sus relaciones. De hecho, las implicaciones prácticas de este camino de descenso aparecen en el mito de la caverna, donde Platón defiende que es necesario que el dialéctico esté dispuesto a descender al mundo sensible y enseñar a los demás a alcanzar el conocimiento de las Ideas.
¿Cómo se llega a esta “contemplación” de Ideas? Platón no es del todo claro al respecto (y muchos autores posteriores negarán que exista tal conocimiento). Lo que sí está claro es que todo este esquema deja ver la valoración platónica del conocimiento abstracto. Por ello no es de extrañar, por ejemplo, que Platón pensara que las matemáticas son uno de los saberes más altos (tan sólo superado por la dialéctica) y que considerase que la matemática era un ejercicio muy adecuado para prepararse al conocimiento de las Ideas. Se dice que a la puerta de la Academia había un letrero en el que ponía: “Que nadie entre sin saber geometría”. En esta misma línea, la música (precisamente por ser un arte efímero, inmaterial) es también un modo de preparación para llegar al mundo de las Ideas, tan sólo accesible para el alma. El esquema del símil de la línea podría ser el siguiente:





Merece la pena destacar la conexión que existe entre la metafísica y la teoría del conocimiento: a cada tipo de realidad le corresponde una forma de conocimiento. Por otro lado, el símil está también relacionado con el mito de la caverna: la ascensión que describe Platón de una forma metafórica en el mito, aparece recogida de un modo conceptual en el símil de la línea.

El amor como vía de acceso a las Ideas


El amor es considerado por Platón una vía privilegiada de acceso al mundo de las Ideas. Sería una especia de “dialéctica emocional”, en la medida en que, por medio del amor, también nos vemos involucrados (de un modo emocional o experiencial) en un proceso abstractivo similar al que ejecuta la dialéctica. El amor, en su expresión más alta, consiste para Platón en una idealización o “desmaterialización” del objeto amado: lo que comienza como una mera atracción física (en el mundo sensible) puede terminar llevándonos hasta la Idea suprema. El proceso podría ser descrito del siguiente modo: se comienza amando un cuerpo bello, de ahí se pasa al amor por la belleza del alma de la persona amada. A partir de aquí se ama todas las almas bellas, hasta llegar a la Idea de belleza, y de ésta a la Idea suprema. El amor sería una forma de ir ascendiendo por diversos grados o escalones, desde lo concreto hasta lo más abstracto, pudiéndose llegar incluso a la Idea de Bien. Así queda reservada una vía emocional y experiencial, un modo de acceso a las Ideas para aquellos que quizás no pueden conocerlas de un modo intelectual.

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Influencias culturales, sociales, históricas y filosóficas de Platón




Hay fundamentos sólidos para considerar a Platón como el verdadero fundador de la filosofía como nueva «disciplina institucionalizada», como disciplina académica (que no puede confundirse con lo que hoy llamamos filosofía universitaria, de profesores para profesores). Podría decirse entonces que antes de Platón no hubo propiamente filosofía, sino prehistoria de la filosofía, filosofía presocrática, como designó Panecio el Estoico a todos los pensadores que antecedieron a Sócrates.


Arístocles de Atenas, apodado Platón (Πλάτων = «el de anchas espaldas»), nace, probablemente, el año 428-427 a.n.e. en Atenas, o quizás en Aegina. Pertenecía a una familia noble. Su padre, Aristón, se proclamaba descendiente del rey Codro, el último rey de Atenas. Su madre Períctiona, descendía de la familia de Solón, el antiguo legislador griego. Era además hermana de Cármides y prima de Critias, dos de los treinta tiranos que protagonizaron un golpe de estado oligárquico el año 404. Platón tuvo dos hermanos, Glaucón y Adimanto, y una hermana, Potone. A la muerte de Aristón, Períctina se casó con su tío Pirilampo, amigo y partidario prominente de Pericles, con quien tuvo otro hijo, Antifón.

Platón tuvo una educación esmerada en todos los ámbitos del conocimiento. Es posible que se iniciara en la filosofía con las enseñanzas del heracliteano Cratilo. A los veinte años (407) tiene lugar el encuentro con Sócrates: acontecimiento decisivo para Platón. Sócrates contaba entonces 63 años y se convertirá en su único maestro hasta su muerte. Tanto por sus relaciones familiares, como por vocación, Platón tuvo la intención de adentrarse en la vida política. Pero, según narra en la Carta VII, dos sucesos decisivos le hicieron desistir de ello. Durante el régimen de los treinta tiranos sus parientes (Critias, Cármides) y conocidos le invitan a colaborar con el gobierno: «Yo me hice unas ilusiones que nada tenían de sorprendente a causa de mi juventud. Me imaginaba, en efecto, que ellos iban a gobernar la ciudad, conduciéndola de los caminos de la injusticia a los de la justicia». Pero las acciones criminales iniciadas por el nuevo gobierno desilusionaron a Platón; sobre todo por el intento de mezclar a Sócrates («el hombre más justo de su tiempo») en el prendimiento de León de Salamina (un exiliado del partido demócrata) para condenarlo a muerte. Pero «Sócrates no obedeció y prefirió exponerse a los peores peligros antes de hacerse cómplice de acciones criminales». Los exiliados del partido democrático se rehicieron bajo la dirección de Trasíbulo y, con el apoyo del pueblo ateniense, derrotaron a los oligarcas. Al principio los hombres del nuevo gobierno utilizaron una gran moderación, votando icluso una amnistía, para poner fin a la guerra civil. De nuevo Platón se siente inclinado a mezclarse en los asuntos del estado; pero ocurre que bajo el nuevo gobierno tiene lugar el proceso y condena de Sócrates: «he aquí que gentes poderosas llevan a los tribunales a este mismo Sócrates, nuestro amigo, y presentan contra él una acusación de las más graves, que él ciertamente no merecía de manera alguna: fue por impiedad por lo que los unos le procesaron y los otros lo condenaron, e hicieron morir a un hombre que no había querido tomar parte en el criminal arresto de uno de los amigos de aquéllos, desterrado entonces, cuando, desterrados, ellos mismos estaban en desgracia». La injusticia del orden oligárquico y los errores de la democracia conducen a Platón a orientar su pensamiento en el sentido en encontrar un fundamento sólido para poder instaurar un orden justo: «Entonces me sentí irresistiblemente movido a alabar la verdadera filosofía y a proclamar que sólo con su luz se puede reconocer dónde está la justicia en la vida pública y en la vida privada. Así, pues, no acabarán los males para los hombres hasta que llegue la raza de los puros y auténticos filósofos al poder o hasta que los jefes de las ciudades, por una especial gracia de la divinidad no se pongan verdaderamente a filosofar»

El año 399 tiene lugar la condena y muerte de Sócrates que despejarán los posteriores caminos del padre de la Filosofía académica. Temiendo ser molestado por su condición de amigo y discípulo de Sócrates, Platón se refugia en Megara donde permaneció probablemente tres años, entrando en relación con la escuela y con Euclides de Megara. Posteriormente partió para Africa, visitando, primero, Egipto y, después, la Cirenaica, donde frecuentó a Aristipo de Cirene y al matemático Teodoro. A partir de este momento se dan varios versiones de sus viajes. Para unos regresa directamente a Atenas, para otros va a Italia meridional a fin de conocer las sedes pitagóricas y a Arquitas de Tarento.

Hacia el año 388 abandona Italia (o Atenas) para dirigirse a Sicilia. En Siracusa reina un griego, Dionisio I el Anciano, que tiene en jaque a los cartagineses y se ha convertido en amo de Sicilia. Platón intima con Dión, cuñado de Dionisio, gran admirador de los socráticos. El caso es que después de ser llamado por el rey, el propio Dionisio lo expulsa (no se conocen exactamente los motivos). Embarca en una nave espartana que hace escala en la isla de Aegina, a la sazón en guerra con Atenas, y Platón es hecho esclavo y luego rescatado por Anníceris, a quien había conocido en Cirene. En el 387 regresa a Atenas y funda la Academia, primera escuela de filosofía organizada, origen de las actuales universidades. Allí permanecerá durante veinte años dedicado al estudio y a la enseñanza.

Pero el filósofo volverá en otras dos ocasiones a Siracusa. El año 367 muere Dionisio I y le sucede en el trono su primogénito Dionisio II. Dión concibe la idea de traer a Platón a Siracusa como tutor del sucesor de su cuñado. Platón no era optimista sobre los resultados, pero Dión y Arquitas le convencen haciéndole ver las perspectivas de reformas políticas que se le ofrecen. Platón acude a Siracusa dejando a Eudoxo al frente de la Academia. Muy pronto el joven Dionisio ve en Dión y en Platón dos rivales, por lo que destierra a Dión y más tarde hace lo mismo con el filósofo. Con todo les promete el regreso.

El año 366 vuelve a Atenas donde permanecerá seis años. Posteriormente (361) Dionisio invita de nuevo a Platón y el filósofo se dirige a Siracusa acompañado de varios discípulos. Heráclides Póntico es ahora el encargado de regir la Academia. De nuevo, la actitud de Dionisio fue tajante con el ateniense que, preso, consiguió ser liberado merced a la intervención de Arquitas. Una vez libre regresó a Atenas. Pero Dión no cejó en su empeño, sino que reclutó un ejército del que formaban parte discípulos de Platón, venció a Dionisio e instauró una dictadura. Sin embargo a los tres años fue asesinado por su amigo, el platónico Calipo.
Platón, por su parte, continuó en Atenas su trabajo al frente de la Academia hasta el año 348-347, fecha probable de su muerte.


Los estudios de la Academia


Tras el regreso a Atenas, después de su primer viaje, Platón funda en el año 387 la Academia, en un bosque cercano a Atenas dedicado al héroe Akademos. La Academia está pensada según el modelo de las sedes pitagóricas de las cuales es heredera.

El tema de los estudios de la Academia ofrece gran dificultad, pues los diálogos platónicos no son un desarrollo del programa de la Academia, aunque sólamente a través de ellos se puede conocer este programa. Los estudios de la Academia tendrían que ver con el conjunto de disciplinas necesarias para la formación de los filósofos gobernates, tal como se presentan en el libro VII de la República: la aritmética (522 c), la geometría (526 c), astronomía (528 e), música (531 a-c), y dialéctica (532-537). En el Epínomis –de dudosa atribución a Platón, su autoría se debe probablemente al platónico Filipo Opuntio–, cuyo objeto es determinar qué estudios conducen a la sabiduría, se ofrece una lista de disciplinas que sigue fielmente lo expuesto en el libro VII de la República.

Uno de los principales campos de investigación lo constituyó la dialéctica, concebida como el arte de pensar ligado al lenguaje, como una gramática de las ideas, elaboración técnica de los conceptos y de sus relaciones. La dialéctica es la forma suprema de la actividad pedagógica (discusión, discurso, argumentación). Sin embargo, Platón opina que su enseñanza antes de los treinta años podría ser muy perjudicial.

El otro campo de investigación lo constituyó la construción matemática-astronómica del cosmos. La Academia se convirtió en la sede de la matemática griega donde brillaron hombres como Teeteto y Eudoxo de Cnido (400-347). En su frontispicio figuraba la siguiente inscripción: «Nadie entre aquí sin saber geometría». El estudio de las diferentes partes de las matemáticas (geometría, aritmética y teoría de los números) constituía la propedéutica necesaria a la dialéctica. La astronomía no era entendida como una disciplina del fenómeno astral, sino como una geometría de los astros, como una estereometría que lleve a la aplicación de las proporciones y a la explicación de los astros en sí (República, 529 c-e). En la investigación astronómica brillaron hombres como Eudoxo, Calipo (fl. 344) y Heráclides Póntico (390-310). Pero tampoco se descuidaron otros campos de investigación. Espeusipo, sobrino y sucesor de Platón en la Academia, era un escritor voluminoso en historia natural, y los trabajos biológicos de Aristóteles pertenecen en su mayor parte a su período académico, inmediatamente posterior a la muerte de Platón. La Academia era también particularmente activa en jurisprudencia y legislación: Eudoxo y Aristóteles escribieron leyes para Cnido y Stagira.
A la muerte de Platón (347 a.n.e.) la Academia pasa a manos de su sobrino Espeusipo y la tendencia matematizante sobresale sobre las demás. A la muerte de éste (339 a.n.e.) se convierte en escolarca Jenócrates de Calcedonia hasta el año 314. Le sucedieron Polemón de Atenas, muerto el año 270, y Crates Platónico, muerto el año 268. Todos ellos pertenecen a la denominada Academia Antigua que se prolongará en la Academia Media con Arcesilao (341-241 a.n.e.) al que seguirán como escolarcas Lacides, Teleles, Evandro, Hegesino, y en la Academia Nueva con Carnéades (flor. 150 a.n.e.). Durante el período medio y nuevo de la Academia, el platonismo se mezcla con el movimiento escéptico cuyos representantes utilizan la Academia como plataforma en su lucha contra el estoicismo. En la vida de la Academia se suele hablar de una cuarta Academia (platonismo ecléctico) cuyo radio de acción es el siglo I a.n.e. y que tiene como principales representantes a Filón de Larisa, Antíoco de Ascalón y Cicerón. La vida de la Academia tuvo un desarrollo casi ininterrumpido durante casi nueve siglos. Los siglos I y II d.n.e. son denominados del platonismo medio y sus principales representantes son Plutarco de Queronea (45-120) y Apuleyo de Madaura (siglo II). Posteriormente la Academia confluye, de los siglos III al V, con el movimiento neoplatónico hasta que fue cerrada por orden del emperador Justiniano en el año 529, siendo sus principales representantes el escolarca Damascio y Simplicio.


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