La Alemania de Nietzsche era fruto del sentimiento
nacionalista que tomó cuerpo durante el siglo XIX en Europa, debido a la
expansión del pensamiento liberal y del colonialismo. Los pueblos deseaban
independizarse del imperio napoleónico y la cuestión nacional pasó a ser la
preocupación política por excelencia.
En la segunda mitad del siglo XIX, se desarrolló el
capitalismo industrial, los países europeos cambiaron sus alianzas políticas y
se repartieron la explotación de nuevos territorios coloniales, buscando
materias primas.
Además de la unificación de Alemania, la
revolución de 1848 y la rebelión de la Comuna de París dieron lugar a una gran
represión social cuyas nefastas consecuencias se tradujeron en las dos guerras
mundiales.
En cuanto al ámbito cultural, el movimiento más
característico fue el realismo que frente al modernismo carecía de sentido de
evasión y buscaba plasmar escenas de la realidad. El realismo se convirtió en
un arma de denuncia social.
Nietzsche destacó como filólogo y era un gran conocedor de
la tradición grecolatina. No tardó en recibir una oferta para ocupar una
cátedra en la Universidad de Vasiliea. Descubrió a Schopenhauer y este hecho
hizo que se interesara por la filosofía. Fue amigo personal de la familia
Wagner y compuso algunas piezas musicales.
Sufrió una vida atormentada por fuertes dolores y perdió la
cordura durante sus últimos años de vida. Solo la amistad con Lou
Andreas-Salome (quién rechazó una petición de matrimonio por parte de nuestro
autor) le dio fuerzas para seguir viviendo, pensando y escribiendo.
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